Desde la pandemia, las franquicias de supermercados regionales como Consum, Ahorramas, Lupa, Uvesco o Alimerka han vivido un notable auge de franquicias.
Su crecimiento en cuota de mercado —un 0,6% más en el último año, hasta alcanzar el 17,7%, solo por detrás de Mercadona— ha ido acompañado de una ambición renovada: expandirse más allá de sus territorios tradicionales. Pero este salto trae consigo retos logísticos y comerciales sin precedentes.
Un ejemplo representativo es el nuevo centro logístico de Consum en Noblejas (Toledo), a unos 60 kilómetros de Madrid. En un terreno de 150.000 metros cuadrados, la cooperativa valenciana construirá una de sus plataformas más grandes hasta la fecha. Este proyecto refleja bien el nuevo rumbo de estas enseñas: salir de su zona de confort y buscar oportunidades en nuevas regiones.
Consum, muy valorada por sus clientes por su equilibrio entre marcas líderes, marca blanca y productos locales del Levante —como el caldo de pescado de la Cooperativa de Pescadores de Santa Pola—, ahora debe adaptarse a consumidores de comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha o incluso Madrid, donde los hábitos de compra y las expectativas son diferentes.
A este reto comercial se suma uno logístico. “La rentabilidad de estas cadenas se basa en gran parte en la concentración geográfica, que permite eficiencias operativas. Una expansión mal planteada puede comprometer esa ventaja”, explica José Antonio Latre, consultor y especialista del sector. Según Latre, se trata “del mayor reto estratégico al que se han enfrentado estas enseñas regionales, tanto a nivel operativo como comercial”.
Ahorramas, Lupa, Uvesco, Alimerka: diferentes puntos de partida, un mismo desafío
Consum no está sola. Ahorramas, por ejemplo, ha iniciado su expansión en Castilla y León, donde competirá directamente con Lupa. Esta última, de origen cántabro, ha ganado cuota con rapidez en la región, arrebatando incluso el liderazgo a Gadisa en Valladolid.
Por su parte, Grupo Uvesco (BM), ahora bajo control del fondo PAI Partners, compró en 2024 los 31 supermercados Híber en Madrid. Aunque ya tiene presencia en la capital, su reto ahora es adaptar un surtido muy centrado en el País Vasco al consumidor madrileño. La expansión no se detiene ahí: no se descartan futuras compras entre operadores más pequeños.
Alimerka, cadena asturiana con fuerte implantación en Asturias, Galicia y Castilla y León, también está preparando su entrada en una nueva comunidad, posiblemente Cantabria, según fuentes del sector.
Asociación, franquicia o concentración: diferentes caminos hacia el crecimiento
Frente a estos retos, las cadenas regionales pueden optar por varias estrategias. Una es la asociación empresarial, como la que dio origen a Ahorramas. Otra, la franquicia, permite crecer con menor riesgo operativo. Y una tercera vía, cada vez más presente, es la concentración a través de compras y fusiones.
Carrefour, por ejemplo, intentó adquirir Uvesco y ahora estaría en negociaciones para comprar HiperDino, líder de franquicias en Las Palmas de Gran Canaria que recientemente se expandió a Baleares. Estas operaciones permiten acelerar la expansión y ganar escala, aunque conllevan el riesgo de perder parte de la diversidad que caracteriza al mercado español.
En definitiva, las cadenas regionales han demostrado su fortaleza en los últimos años, pero el futuro les exige adaptarse, crecer y, sobre todo, no perder aquello que las ha hecho únicas en sus regiones de origen.